Los créditos para autónomos se han puesto cada vez más complicados, por lo que, a la vista de este contexto, puede valer la pena que te decantes por un préstamo personal rápido.
Quizá no era este el escenario que hubieras preferido hace unos años, pero los tiempos cambian y, seguramente, te van a compensar estas nuevas modalidades de financiación. A continuación, te vamos a explicar cómo están cambiando las condiciones del acceso al crédito en España y de qué manera puedes aprovecharlas.
El origen de la situación actual para los autónomos
Pero, en primer lugar, tenemos que analizar cómo hemos llegado a la actual situación. Precisamente, partimos de una época en la que imperaron unas costumbres totalmente contrarias a las actuales. Nos referimos a los tiempos de la burbuja inmobiliaria, cuyo pinchazo se encuentra detrás de la crisis económica estructural que ha atravesado nuestro país desde 2008.
Durante aquellos años, podemos señalar que los bancos concedieron créditos con demasiada «alegría». Es decir, sin asegurarse de que el dinero prestado iba a ser devuelto. Estas malas prácticas y la introducción de los bancos en negocios ajenos a su naturaleza, como el inmobiliario, propiciaron la mayoritaria quiebra del sector, el cual tuvo que ser rescatado con dinero público.
La reestructuración del sistema bancario impuso a sus entidades medidas restrictivas a la hora de prestar dinero, con el fin de no incidir en errores anteriores. Por lo tanto, los autónomos lo hemos tenido más difícil para conseguir esos fondos necesarios para algún proyecto o pago que tuviéramos que realizar.
Y es que son muchos los requisitos que nuestros bancos de siempre, donde se supone que nos conocen y nos tienen en consideración, nos exigen para acceder al crédito. Ya no basta con esa confianza que podría existir entre tu entidad bancaria de referencia y tú. El Departamento de Riesgos no se quiere pillar los dedos con posibles impagos ya que, a su vez, su banco es controlado por organismos superiores, que permanecen atentos al cumplimiento de las medidas de austeridad en la concesión de préstamos.
¿Cuales son las condiciones más solicitadas?
Entre las condiciones que se exigen a quienes desean acceder al crédito, destaca la nómina. Es decir, el sueldo fijo de un trabajador. Sin embargo, en los casos de los autónomos, por la propia naturaleza de su empleo, resulta complicado asimilar algunos ingresos a un salario común. En este sentido, sí que es posible remitirse, como garantía, a la existencia de unos ingresos regulares, algo que no todos los autónomos (sobre todo, los que están empezando) pueden aportar.
Otra de las garantías que hemos de tener en cuenta es la existencia de un aval. Un aval puede ser un patrimonio material(una casa, un coche, etc.) o la posesión de unos derechos (por ejemplo, los relativos a unas acciones) y destaca por poder ser convertible en dinero. Un dinero que, en este caso, sirve al banco como garantía de cobro, en caso de no poder devolversedirectamente el préstamo efectuado.
Por último, las sucursales bancarias tienen otra alternativa para asegurarse de la capacidad de devolución de los préstamos de sus clientes. Se trata de la revisión de censos de morosos como ASNEF o RAI, en los que, por otro lado, puedes llegar a estar incluido por error o una mínima cantidad adeudada, lo que puede resultar muy perjudicial para ti.
En contraposición a esta rigidez, hay entidades de crédito alternativas a la banca convencional, las cuales no ponen tantas complicaciones para conceder los préstamos. Por ejemplo, Ibancar te facilita su conocido como préstamo coche (entre 1.000 y 6.000 euros). Lo podemos denominar crédito coche debido a que tu vehículo de segunda mano se convierte en tu aval. Y recibirás el dinero en 48 horas.
Referencias: